Los locales dominaron de principio a fin un partido en el que, al fin, no tocó sufrir más de lo necesario
Al fin, un partido tranquilo. Al fin, una victoria contundente. Al fin, todo, desde la portería hasta el ataque, funcionó sin apagones y sin errores. Sin momentos complicados. Sin sustos. Y tras una primera mitad muy inteligente, de juego más parada y lento; y una segunda mitad de velocidad y poderío físico, el Balonmano Servigroup Benidorm se regaló, a costa del Zaragoza, esa victoria holgada, 35-29, que tantísimo venían necesitando desde que arrancó el presente curso.
Con la situación aparentemente bajo control desde los primeros instantes de juego y, quizás, para no acusar en exceso el cansancio acumulado en un mes de noviembre muy cargado de partidos –con todavía dos por delante esta misma semana–, el Balonmano Servigroup Benidorm arrancó el choque ante los maños intentando ralentizar el alto ritmo que los visitantes trataban de imprimirle al duelo.
Durante la primera mitad, el Balonmano Servigroup Benidorm llevó en todo momento la batuta de la batalla abriendo huecos de hasta cuatro goles en el marcador que un Zaragoza de luces y sombras supo neutralizar en diversos momentos sin llegar a ponerse por delante en ningún momento.
Con un David Mach muy acertado bajo palos y una defensa a un gran nivel, los de Marko Krivokapic daban en todo momento la sensación de poder romper el partido a poco que la suerte les acompañara, pero esa suerte les fue esquiva en momentos cruciales y el Balonmano Servigroup Benidorm sólo pudo marcharse al descanso con una renta mínima de un gol (17-16).
Tras la reanudación, la apuesta local quedó clara. Se olvidaron los benidormenses de la calma y de su intención de parar la velocidad del Zaragoza y se unieron a los maños en esa intención de hacer cada posesión lo más corta posible.
En un arranque de segunda mitad pletórico, con Samuel Ibáñez convertido, como el pasado miércoles ante Agustinos, en uno de los grandes protagonistas de los mejores momentos locales, el Balonmano Servigroup Benidorm pasó por encima de un cuadro visitante que sólo pudo observar, sin capacidad de respuesta, como la diferencia de juego se traducía también en el marcador, obligando al técnico visitante a parar el juego en el minuto 37, cuando la renta local era ya de seis goles (23-17).
No sirvió de mucho aquello porque tras ese parón el Balonmano Servigroup Benidorm siguió mandando en todas las facetas en las que un equipo puede mandar en un partido de balonmano. ‘Samu’ siguió enorme bajo palos, la defensa funcionaba como un reloj suizo y el ataque, con un Diego Pérez inabarcable, era una máquina letal para los visitantes.
Nueve minutos después de ese primer tiempo muerto, Mariano Ortega volvía a parar el juego (27-19) toda vez que el partido parecía habérsele ido ya por completo de las manos a los suyos.
Y de nuevo, de nada sirvió. El Balonmano Servigroup Benidorm se había instalado en un estado de gracia que ya no iba a abandonar hasta el final del choque, cuando equipo y afición pudieron celebrar, al fin, un resultado amplio y acorde a lo que se vio en el 40×20.
La nota negativa del choque llegó de la mano de Pablo ‘Colo’ Vainstein, que se tuvo que retirar del mismo entre claros gestos de dolor y que deberá ahora ser sometido a pruebas médicas para conocer el alcance real de la lesión sufrida en el pie.
Y todo ello, en el arranque de una semana que llevará al Balonmano Servigroup Benidorm a Málaga para la disputa el miércoles de su partido aplazado de Copa del Rey y el domingo a Alcobendas para una nueva jornada de la División de Honor Plata.